La nueva PAU debuta con los nervios de siempre y el temor a las notas de corte: "Creía que me iba a dar más tiempo"
- Cerca de 270.000 estudiantes de 15 comunidades se presentan simultáneamente al acceso a la universidad
- Buscador de notas de corte en las universidades de España
En el autobús de primera hora de la mañana, las conversaciones de los pasajeros entremezclaban el 5-0 del PSG al Inter de Milán con Santo Tomás de Aquino o conceptos de semántica. Ese murmullo constante dejaba entrever que no es un martes más, sino el día de inicio de las pruebas de acceso a la universidad (PAU) de 2025.
Por primera vez, cerca de 270.000 estudiantes de bachillerato de 15 comunidades se han dado cita de manera simultánea en las principales universidades para realizar el nuevo modelo de examen, ahora más homogéneo y centrado en casos prácticos para evaluar las competencias que van más allá de la capacidad de memorización.
Armados de folios y tarjetas con resúmenes pintados de colores, muchos estudiantes han apurado los últimos minutos para repasar, mientras otros trataban de distraerse y superar los nervios ante una selectividad algo diferente a la de años anteriores. "No puedo más. Nada más que hago repasar los textos, cuéntame lo de tu viaje en verano", exclama una chica con la voz temblorosa.
A las puertas de la Facultad de Derecho de la Complutense, María, Claudia y Penélope esperaban ansiosas a que llegara el primer examen, Lengua Castellana y Literatura. "Estoy intentando pensar que es un examen como otro cualquiera y estoy más relajada de lo que pensaba", cuenta María a RTVE.es.
Para ellas, asignaturas como Lengua o Historia no suponen tanto problema porque tienen claros los contenidos y no creen que hayan variado tanto. Con más temor miran, en cambio, a otras materias técnicas como Matemáticas, Química o Biología, "en las que va a haber un ejercicio obligatorio con competenciales, como integrales aplicadas, y no sabemos qué nos va a entrar".
Temen, además, que el cambio de modelo pueda influir a su calificación final e impedirles cumplir su sueño profesional. "También es verdad que puede afectarnos a todos [por igual]", dice una de ellas. "Bueno, pero las notas del año pasado...", recuerda otra, en referencia a los aspirantes que se presentaron a las pruebas de 2024 y que podrían aplicar a sus carreras.
Las notas de corte
Estas tres amigas aspiran a estudiar las carreras de Medicina y Enfermería, dos habituales en las listas de las notas más altas de corte. Este valor, que determina qué calificación se necesita para conseguir plaza en una determinada carrera, se establece cada año mediante la nota más baja obtenida por los estudiantes que sí lograron acceder al grado.
Esto ha llevado a que año a año suba la exigencia de los alumnos y que sea más difícil entrar en ciertas carreras si no alcanzas la perfección. "Se lo están jugando todo a un examen", señala José Ángel, un profesor de Historia del Arte que ha acompañado este martes a sus alumnos en los primeros exámenes de selectividad.
Frente a esto, el nuevo modelo de PAU busca unificar los criterios de las pruebas en todo el territorio y reducir las altísimas notas de corte que se han establecido en los últimos años. "Yo la verdad es que estoy al 80% segura de que las notas generales bajarán este curso, menos en carreras históricas de altas notas como son Medicina o Enfermería", opina Ana de Castro, profesora de Tecnología e Ingeniería II y preparadora para la PAU.
Pero los nuevos aspirantes se sienten presionados al ver cómo los alumnos de otros años pueden optar a las nuevas plazas con sus viejas calificaciones, obtenidas con el conocido como 'modelo COVID'.
Ese sistema estuvo aplicado hasta el año pasado y ofrecía mucha más opcionalidad, lo que permitía no estudiar todos los temas o tener más margen para evitar los errores. "Tú podías jugar con los exámenes y elegir por bloques. Ahora no, ahora algunas son preguntas ya cerradas. No pueden elegir", explica José Ángel.
Ana también considera que el modelo aplicado durante la pandemia llevó a que las notas de acceso "subieran una barbaridad", algo que está afectando al ánimo de los estudiantes actuales. "Los chicos están enfadados porque consideran que el año pasado era más fácil, las notas de corte están altas y se agobian", señala.
El nuevo modelo "premia al buen estudiante"
Esa competición para entrar en unas carreras u otras ha quedado patente en la espera de los exámenes. La tensión en las facultades iba creciendo a medida que se acercaba la hora. Nerviosos, los alumnos comenzaban a elevar la voz, abrir los paquetes de cigarrillos o a agitar los apuntes.
A las 9 en punto, una vez cerradas las puertas, los aspirantes han respondido a las primeras preguntas de la PAU 2025. En el caso de Madrid, han tratado sobre la dana de Valencia, la Generación del 27, la literatura hispanoamericana o la definición de polisemia. "A mí lo único que me ha fallado es que creía que me iba a dar más tiempo", explica a la salida Alejandro.
Este joven se ha mostrado bastante conforme con el nuevo modelo porque cree que "premia al buen estudiante", aunque les ha supuesto un reto la extensión de las preguntas del examen. "Nos ha salido bien, pero era muy largo y había poco tiempo", han afirmado también a RTVE.es otras tres alumnas, Natalia, Sofía y Paula.
Al contrario que ellos, Alicia ha salido desanimada y con la sensación de no haber hecho el examen como quería. Su objetivo está puesto en Arquitectura, pero no descarta buscar vías alternativas, como Ingeniería Civil o similares. "Digo yo que alguna solución habrá, que luego podré cambiarme de grado", ha lanzado con voz apenada.
Mientras hacían la prueba, fuera del edificio de la UCM quedaban solo unos pocos adultos, entre ellos algunos padres que escuchaban nerviosos a través de las ventanas las instrucciones del examen. "Yo creo que ellos lo llevan mejor que nosotras", afirma Mari Carmen, quien solo unos segundos antes se santiguaba entre risas, pidiendo que a su hijo Diego le saliera bien la selectividad.
Su amiga Ana y ella han ido hasta la universidad para acompañar a sus dos hijos, que quieren estudiar Ingeniería de Ciberseguridad. Preguntadas por si los cambios en el examen les ha afectado en algo, han asegurado que no. "Tampoco sabían el otro modelo. Entonces han tenido que adaptarse a lo que hay y ya está", cuentan, al tiempo que destacaban cómo en su colegio se "han puesto las pilas" para prepararles. "Lo tenían muy claro", añaden.
Con todo, se muestran inquietas ante las posibles notas de acceso. "Hay esa presión de que tienen que sacar nota para poder ir a una pública porque una privada es carísima y no todo el mundo se lo puede permitir libremente", opina Ana, que también apunta a aquellos estudiantes que vienen de otras comunidades. "Es un poquito injusto que aquí se exija tanto (...) yo creo que deberían tener todos en el mismo nivel", sostiene.
Este es otro de los puntos que la nueva PAU trata de evitar. Aunque cada región tiene competencia en los contenidos y hacer una selectividad "común" se ve por ahora como una utopía, la unificación de criterios para corregir los exámenes o para establecer el tipo de preguntas busca reducir las diferencias y desigualdades entre los estudiantes de distintas comunidades.
A diferencia de Ana y Mari Carmen, otros padres han preferido refugiarse en la tranquilidad de la cafetería universitaria, donde los camareros se preparaban ya para las largas filas que se formarían más tarde en el descanso de las 11.00 y a la hora de comer. Para los empleados, la carga de trabajo es la misma que el resto del año y no implica mucho cambio en sus tareas, solo ver las "caras nuevas" de los futuros universitarios, según cuenta uno de ellos, Andrew Aurea.
Saben que hoy es solo el primer día de una larga semana y que hasta el viernes los futuros universitarios seguirán acudiendo a examinarse, preparados para dejar atrás el colegio y adentrarse en la nueva etapa educativa superior. Tras ellos, solo quedarán por replicar estas escenas los canarios, que empiezan el miércoles 4 de junio, y los catalanes, que están citados la semana que viene.